Cuesta vivir de espaldas.
Nacen jorobas en la frente.
Cejas entre los omóplatos.
Y dientes en los talones.
De espaldas, no se ven las colinas.
El mar se escapa por el rabillo del ojo
y pasa de largo, rozándote el pelo.
Cuántas olas perdidas…
Cuántas palabras contra tus labios…
Cómo anhelo el horizonte, mientras contemplo los zócalos de todo.
Aprender a darme la vuelta.
Vivir de frente. Amar de frente.
Besar de frente, mirándote a los ojos…
Y reconocer las alas en mi espalda.