Se levantó a las cuatro.
A las cinco, tenía la furgoneta rebosante de naranjas.
A las seis, estaban dispuestas en cajas de madera con la leyenda: «Cosas del Azahar».
De seis a siete, meditó mientras contemplaba toda aquella simetría de rabitos, esferas doradas y aromas de huerta valenciana.
Podía existir algo más hermoso?
A las siete cuarenta y cinco hizo el reparto en aquel domicilio. La conoció.
Y su pregunta encontró una respuesta a las ocho.
Precioso, Eva!
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Es que conocer a ciertas personas, nos cambia el filtro con que vemos el mundo.
Saludos.
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Toda la razón, Paula! Gracias y saludos para ti también.
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Qué azaharosa historia de seducción naranja! 😊😍😙😙
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El azahar/azar es así😉😉😉. Y casi te diría que la seducción lo mismo!😂
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El azahar es un perfume de la tierra. Puro, precioso,embriagador, sensual, me encanta. Me lleva a mi niñez, me recuerda al los olores de casa cuando mi madre esparcía flores por las habitaciones. Una bonita costumbre de mi madre. Gracias Eva.
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Anda, qué bonito! A mi también me encanta. Gracias Javier, por tu comentario. Un abrazo
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La vida le muestra colores al ciego, sinfonías al sordo, aromas a quien tiene anosmia pero también interrogantes de amores, a quienes labran los caminos con los sentidos vistos, oídos y olfativos…
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Qué bonito, muchas gracias! Un saludo
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