No hay más amor
que el de sus ojos
cofres de pura esencia
que guardan el aliento
de los que ya no respiran
Cuando los cierran
se lo llevan todo
Lo que soñaron alguna vez
el tinte de las noches
el color del viento
el contorno de los cuerpos
el espejo de otros ojos
el ansia siempre
curiosa ventana que jamás
apaga su sed
de contemplar
Enamorados
eternamente
tan llenos de todo
que se desbordan en agua
y en recuerdos
de fuentes
y vasos rotos
Nadie sabrá nunca
cuánto amor
hielo y sudor
gotas de mar
granos de azúcar
recuerdan
hasta el infinito
Todo cabe
en los ojos de los muertos
Un equipaje
en mil fragmentos
las caídas
los cuchillos
el borde blando de labios
los besos
tantos besos
las arenas del desierto
resbalando en las almenas
desde las que ahora
contemplan
lo que han sido
Sin entender aún
o entendiendo demasiado
que ya no es
no será más
quizá sea en otra parte
Y con esta esperanza
los cierran
y sellan el adiós
entre pestañas